sábado, 7 de septiembre de 2013

Los días de lluvia sacan el poeta que llevo dentro.

Estoy poniendo en práctica esto de utilizar Blogger como medio para mi incurable síndrome de incontinencia verbal...
Y es que hoy, hoy es un día de esos, un día gris de un mes gris, en una ciudad que lejos de gris, te alhambra y maravilla en cada esquina.
(Antes de continuar escribiendo o, en tu caso, leyendo, aviso que este post no tiene sentido alguno, y si alguno hubiese sería el de desahogarme virtualmente).
 
Dicho esto, he llegado sin querer a un punto en el que contradictoriamente a lo que hubiera pensado en otro tiempo, me apetece estar. He acabado un verano al más puro estilo "Skins" (interpretad tal concepto como un verano con alguna locura que otra, algunas raves de fiestas de las que aún intentándolo no recuerdo ni la mitad, algún pequeño viaje por la geografía andaluza, amigos, lecturas intercaladas e intermitentes amoríos veraniegos, todos insignificantes... Verano). He acabado un verano que me dice adiós y que bien me lo ha dicho hasta hoy, ya 7 de septiembre con una rutina extraña a la que no llego a habituarme. Empiezo una nueva etapa (un universitario en Granada) con unas ganas que me matan, con miles de planes que hacer, personas que conocer y experiencias que vivir.
Hasta aquí, mi idílico mundo, ahora el de verdad...
 
Siempre he pensado que mi principal enemigo soy yo mismo, y puedo jurar haberlo experimentado las veces necesarias para asegurar no equivocarme. Soy autodestructivo a conciencia, y en parte, eso me gusta. Me explico... En el vaivén de idas y venidas emocionales como las mías, yo tengo una teoría, una que no falla. "Sentirse bien es una paz interior innecesaria, algo banal que nada significa", pues yo aplico tal concepto al extremo, pues cada una de las veces que alcanzo una relativa sensación de bienestar alejado de lúgubres sensaciones, cada vez que estoy bien, que parece que avanzo algo, que la situación es al menos buena, soy yo mismo el que explosiona el muro que separa la felicidad de la miseria, lo hago a conciencia, y no llego a terminar la palabra felicid... Pues no va conmigo, más aún, la repudio y anhelo a ratos.
Así, a veces como ahora, creo encontrar la solución, que pasa por encontrarme a mí mismo, siendo este el principal problema que creo haber conseguido posicionar en un leve trámite de resolución.
 
*(Tras este post voy a maquinar la forma menos psicópata de acabar conmigo mismo por haber terminado haciendo una de las cosas que más odio, hablar de mí... Quizás la forma sea dormir una siesta de seis horas).
**(En el próximo post prometo hablar de cosas normales y al uso, dejarme un poco atrás).
***(Las buenas costumbres no se pierden, un post sin un enlace de música, no es un post).
 
 

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